Armario ropero de cuatro maderas

Acabo de volver de montar este último encargo, para Casa Enrique, que va convirtiéndose en un cliente habitual, crecientemente colonizado por mis productos!

En esta ocasión se trataba de hacer un armario ropero en el que guardar los abrigos de los clientes mientras comían. Me dieron un poco de vía libre en cuanto al diseño, especificando únicamente medidas del mueble, y que debía ser algo llamativo, que diera que hablar. Justo lo que me gusta a mí fabricar, así que empezamos bien.

Como tampoco podíamos volvernos locos y meter en el comedor una locura como las que se me ocurrieron al principio, pensé en hacerlo lacado blanco, pero con detalles que fueran los llamativos. En los costados y puertas le metí unos plafones biselados, pero en lugar de hacerlos también blancos, los metí de cuatro maderas distintas, pero todas ellas muy especiales. La de arriba del todo es zebrano. Es una madera poco conocida, y una auténtica joya. Tiene unas vetas espectaculares y es muy difícil de encontrar; muy exclusiva. Debajo va el nogal que no podía faltar. Debajo roble de tierra de fuego (lenga), que es una madera también poco usual, con un color rosáceo particular, y unas vetas bonitas. Por último, para meter algo de tonalidad rojiza, jatoba.

El tirador también quería que fuera algo especial, así que fabriqué estos rectángulos redondeados de nogal, con un vaciado interior, y el vaciado por dentro biselado. De esta manera, cuando metes los dedos en el tirador, puedes posarlos en el ángulo interior y abrir con facilidad.

Por dentro el armario es sencillo, ya que es para lo que es. Tiene una balda de nogal, que da rigidez al mueble y es también útil por si alguien trae un sombrero o algo que no se cuelgue de una percha. Luego una barra para las perchas, y ahí caben un montón de abrigos.

Poco más que contar. El mueble viajó desmontado, y lo monté in situ con un destornillador y una llave allen. Esto es muy ventajoso a la hora de enviar muebles bien protegidos y ocupando el mínimo espacio. Podéis ver el armario y su precio en mi web.

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Mi viaje a EEUU

Muchos me preguntáis qué hago exactamente en EEUU, que qué es eso de muebles de tabla periódica. Pues aquí os cuento un poco. Se trata de un mueble bastante grande, que tiene dentro un entramado de casillas. Sobre esas casillas hay unos metacrilatos grabados con nombre, símbolo y número atómico. Tapándolo todo, otro entramado de madera, puramente decorativo. Dentro de cada casilla, hay muestras de los elementos, además de muestras de artilugios de uso cotidiano que los emplean. En algunos no hay más que cuadrados de metacrilato con una foto dentro, porque si hubiera suficiente del elemento como para que lo vieras, tú y toda la ciudad estaríais fritos. Pero sí hay algunos radiactivos. Me consta, porque durante la instalación, un catedrático trajo un contador Geiger, y se movía la aguja!

Se montan en museos, facultades de química, laboratorios, empresas relacionadas con la química… Este está hecho en bambú, ha ido a California, y en cuanto vuelva (mañana), me pongo con otro igual, que va a Connecticut. Aquí podéis ver el mueble entero:

Luego un detalle del oro, que es uno de los elementos más populares, aunque resulta que no el más caro.

Una cosa buena de hacer estos muebles, es que después de terminar, ya que te has ido a la otra punta del mundo, te pasas unos días de esparcimiento por la zona. La última vez que vine a EEUU, era con un cenutrio que me impidió ver más cosas, pero esta vez sí he podido ir a Yosemite, ver ballenas en Monterey, el bosque de las Secuoyas gigantes… Aquí unas cuántas fotos.

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Aprendiz o ayudante

Puede parecer que he estado desaparecido en combate, y prácticamente es así. Estoy inmerso en una nueva historia que supone fabricar muebles bastante grandes y complicados, enviarlos a cualquier parte del mundo, y lo mejor: ir yo detrás a montarlos. Ahora acabo de enviar uno a EEUU y me marcho a instalarlo (habrá fotos), y a la vuelta ya tengo otros dos para fabricar. Después voy a intentar colocar alguno en Aruba, Nassau, Vanuatu, Tahiti…

Estoy muy acostumbrado a estar en el taller sólo, y a apañarme de las maneras más inverosímiles para hacer cosas que a priori no es posible hacer uno sólo. Pero alguna vez que viene un amigo a echarme un cable, me entretiene la compañía, todo es más sencillo, y me gusta irles explicando todo lo que hacemos, por qué, cómo, cómo no interesa hacerlo, etc.

Por esto me estoy empezando a plantear “contratar” alguien para que me ayude en días puntuales, y si la cosa sigue creciendo, posiblemente de manera más fija. No sé si encontrar simplemente alguien que quiera sacarse un poco de cash, o si buscar algo que vaya más allá, en el sentido de enseñarle a hacer todo lo que yo sé hacer. Esto me gustaría mucho más, me encanta enseñar a gente interesada sobre las cosas que sé. Yo mismo tengo muchísimo que aprender y practicar aún en este mundillo, pero de lo que ya sé, que algo es, me gusta enseñarlo.. Tengo que darle muchas vueltas al tema, pero creo que lo ideal sería alguien que tuviera interés en la madera pero ningún conocimiento previo, que quisiera aprender este oficio de pe a pa (nunca me había planteado cómo se escribiría de pe a pa), y que me pudiera ayudar mientras tanto. También me he planteado dar cursos medio formales a personas concretas interesadas, elaborando material didáctico, un programa estructurado cubriendo todo. Pero eso es otra historia. El caso es que si alguien pudiera estar interesado en esto de ser mi ayudante y/o aprendiz, que deje un comentario en este post, o me mande un e-mail!

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Nuevos modelos de tablas de cortar

Una de las cosas que tenía ganas de hacer era simplificar la oferta de tablas de cortar. Hasta ahora he hecho de todo, probado con maderas, tamaños y acabados de todo tipo, y rara vez hacía una tabla igual. Con lo que he ido aprendiendo, he sacado una línea de tablas de cortar. Por supuesto sigo ofreciendo cualquier tabla a medida.

Estas nuevas tablas están concebidas para ser las mejores tablas de cocina del mundo. Las claves de que así sea son las siguientes:

- Maderas. Lo he reducido a las maderas nobles premium que dan el mejor resultado, por ser duras, de poro cerrado, sin demasiada tendencia a abombarse…

- Cola. Al contrario que las tiendas que cogen un tablero y lo cortan en trozos sin más, utilizo cola resistente a la humedad y certificada para contacto indirecto con alimentos.

- Dimensiones. Dos medidas estándar. 40*30  cabe en cualquier cocina, es manejable, pero ya tiene un espacio de trabajo suficiente. 50*38 es una tabla muy grande, con espacio para cortar y apartar lo que vas terminando. El tema del grosor es clave para que la tabla no tienda a combarse con la humedad. Las tablas que mucha gente compra en esa tienda azul sueca innombrable, tienen maderas tropicales porosas malas, y son finitas. Por lo tanto, suelen acabar como una patata frita.

- Acabados. Tras lijar las tablas de cortar exhaustivamente con grano fino, las baño en mi mezcla de aceites, que es atóxica y segura para contacto con los alimentos. Hay tablas por ahí que están al natural, o peor, barnizadas. El barniz es tóxico.

- Patas. Todas mis tablas llevan patas de neopreno antideslizantes. Esto las da un tacto amortiguado al cortar, impide que se muevan, pero sobre todo las mantiene alejadas de la encimera potencialmente mojada, y permite respirar la madera por todas sus caras, que también ayuda a que no se tuerzan.

- Esquinas, cantos, uñeros. Tras probar decenas de opciones, he optado por biselar todos los cantos, evitar las esquinas que tienen tendencia a golpearse,  y meter un uñero semicircular en el canto.

- Precios. Al tener unos modelos concretos, que fabrico en serie y tengo en stock, he podido reducir los precios ligeramente, aumentando mucho la calidad por el uso del control numérico.

- Hueco para plato. Esta opción lleva trabajo, pero me parece comodísima.

Poco más, podéis ver las tablas aquí.

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Clientes interesantes

La mayoría de las ventas son transacciones sin pena ni gloria, pero de vez en cuando hay algún cliente que se recuerda, e incluso algunos con los que se tiene trato más allá de vender.

Es el caso de Casa Enrique. Para el que no lo conozca, es un restaurante en Solares (Santander), que lleva abierto desde 1910, y ha sido desde entonces un asunto familiar. Los que me conocéis fuera de la madera sabéis que soy un tragaldabas y me encanta comer, y descubrir este restaurante, al que iba mi padre a ponerse las botas cuando vivíamos en Santander hace 25 años, ha sido una suerte. La comida es brutal, platos contundentes, sabrosos y de calidad suprema. He podido probar los platos más emblemáticos (carico montañés, zancarrón, tupinamba, carne asada, albóndigas…), y alguno más de la carta. Sólo de recordar el solomillo con foie empiezo a salivar, y sabes que hasta la cosa más sencilla (unas anchoas, unos tomates aliñados, unas rabas) va a ser de materia prima insuperable y preparado con más de 100 años de experiencia. El servicio también es una gozada, da gusto comer ahí, donde lo lleva una familia, y lo hace de una manera… familiar.

El caso es que para el que no lo conozca y pase medio cerca, que no se lo pierda, pasa a ser de mi Top 10 de restaurantes del mundo, y aunque me queda a 400 km, creo que sería bien capaz de ir para allá sólo para matar el antojo de alguno de los platos que me han marcado, con alguno de los incontables vinazos que tienen en la bodega.

Bueno, estoy divagando y se trata de madera. Me encargaron primero una panera, la que tenían llevaba yo calculo que desde 1910, y estaba pidiendo jubilación. Tienen un hueco en la encimera, y necesitaban algo para cortar el pan, y que cayera la miga debajo.

Después vieron en mi página los soportes de cuchillos imantados, y me pidieron uno a medida, donde entraran todos los cuchillos que tienen. Aquí lo tenemos, en jatobá, que es una madera durísima para aguantar trote.

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Bosques naturales

Bosques naturales es una empresa española que me contactó hace unos meses. Se dedican (espero no explicarlo muy mal) a gestionar plantaciones de árboles como inversión, cuya madera eventualmente se explotará. De entrada me interesó, porque cultivan principalmente cerezo y nogal, dos maderas que me gustan mucho, y porque la idea de por una vez gestionar bosques sostenibles y de buena madera en España, es muy buena.

Me invitaron a visitar una de sus plantaciones en Cáceres, y me asombró el mimo con el que cuidan a sus árboles, estudian cómo hacerles estar a gusto, que crezcan bien, que produzcan buena madera…

En cierta medida, esto tiene un componente de ensayo-error, y como tal, hay veces que cierto número de árboles tienen que ser cortados. Es una pena desaprovecharlos, y esta gente se planteó qué hacer con ellos. Una de las ideas fue fabricar tablero. Hacer tableros con cerezos de 5 años a priori es una idea descabellada, que si alguien me dice que se le ha ocurrido, me daría la risa. Pero resulta que lograron unos tableros curiosos, y de muy buena calidad. Sólo fue una primera prueba, por lo que aun mejorará, pero los tableros que tienen me gustaron, y no deja de ser cerezo, con el tono y veta que nos gusta de esa madera. Me pidieron que les hiciera algún mueblecillo con un par de tableros que tenían, y aquí veis el resultado. Espero seguir trabajando con esta empresa en el futuro, para ser partícipe de sus logros y ayudar a dar a conocer este nuevo tablero, que no sé qué os parece, pero a mí una chulada.

Lo primero fue unas peanas hechas con una técnica llamada “folding”, que consiste en cortar todas las caras en ángulo, de manera que al ensamblar, no se ve el canto en ninguna parte. Esto antes lo he hecho con la escuadradora a mano; no sé si recordáis unas peanas de OSB que hice para mi tienda, pero con el control numérico mucho mejor, claro…

Luego viene el tema de encolar estas piezas, con flejes para los cuatro costados, y gatos apretando las “tapas” contra este armazón.

El resultado final lo podéis ver aquí. Se me ocurrió fresar su logo, medio en cada peana, y luego pintarlo de blanco para resaltarlo.

Lo siguiente fue una mesita de café, que por su altura puede usarse de banqueta para sentarse también, y que tiene también las uniones a inglete, y otro corte a 45º decorativo en todas las piezas, delante y detrás. El logo aquí está fresado en un sólo trazo (en lugar de doble como en las peanas), y atravesando la pieza entera.

Por último, un cubo hecho con el tablero de cerezo, al que le metí dos elipses de nogal para darle un poco de gracia, y teniendo en cuenta que el nogal es la otra madera que comercializarán, aunque este nogal sea del que tenía yo por la nave.

Detalle del nogal:

Y nada, ahora está de camino a recogerlos el ingeniero forestal de la empresa con el que yo trato, que es un crack que sabe un montón de árboles, plantas y bichos, y que además tiene interés en dar a conocer el producto. Lo van a enseñar en su junta de accionistas, y espero que los muebles gusten, y que la gente pregunte “¿Quién os ha hecho estos mueblecicos tan majos?”.

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Habemus CNC

He estado bastante tiempo sin publicar nada, porque no he parado preparando la nave, haciendo reforma, instalando aspiración, electricidad y aire comprimido como Dios manda, etc. Pero ya está, ha pasado todo, y tengo en mi nave a la bestia. Como decía anteriormente, es un control numérico de cinco ejes, con mesa multifunción que es la bomba, 22 cambios de herramienta, bomba de vacío de 250m3/hora, láser para posicionar ventosas, refrigeración por agua, y un largo etcétera, porque no quería tener la máquina y estar pensando “le tenía que haber puesto X cosa…”, así que de lo razonable, le he puesto todo lo ponible.

El día que llegó, apenas dormí, y llegué a la nave a esperar al camión que venía directamente de Italia. También la grúa para descargar la máquina, porque es un mamotreto de 3500kg.

Empezaron a abrir el camión y por fin la pude ver. Estaba clavada literalmente al suelo del camión para que no se moviera, y venía medianamente desmontada.

Tras descargar un par de palés más manejables, la odisea de sacar la máquina del camión, que como no salía por arriba, tuvo la grúa que cogerla en vilo, y el camión del transporte salir hacia delante poco a poco, mientras entre todos asegurábamos que la máquina no pegaba en ningún lado.

Mientras que los técnicos empezaban a nivelar y colocar, me puse a abrir cajas, y me encontré el mandito feliz (tecpad para los amigos), que es una pantalla táctil a color para poder controlar prácticamente toda la máquina remotamente, una chulada…

Otro detallito que siendo simple como soy me hizo ilusión, es que venía una colección de herramientas para la máquina, en una cajita de estas metálicas que se abren, que siempre he visto a mecánicos, fontaneros y electricistas, pero que nunca he tenido.

Y ya por fin, tras un par de días, la máquina instalada y lista para conectar. Es descomunal, y mi nave que a priori me sobraba, se me queda justa justa!

Luego vino la semana de curso de aprendizaje con un crack técnico, que me explicó cómo usar la máquina, como cuidar y limpiarla, y como programar, que es la clave con una máquina de estas. Ya llevo unos días usándola plenamente, y estoy alucinando. Lo del quinto eje es una pasada, hay que cambiar el chip totalmente y pensar que TODO lo que haces normalmente sobre la cara superior de la pieza que estás trabajando en la máquina, ahora lo puedes hacer en cualquier cara. Cuando ves el cabezal girar de manera inverosímil para adoptar cualquier ángulo, y piensas la locura de cálculos que tendrá que hacer para clavar todo en 3 dimensiones interpoladas con cambio constante… A mí al menos me asombra. Aquí está lo primero que me he hecho para probar. Es un tablero para almacenar y organizar los gatos, que son de las cosas en un taller con mayor tendencia a acabar tiradas por ahí y provocar el caos. Con una precisión impensable si no es gracias a la máquina, y todo optimizado, y programado en un momentito con el programa que uso, que es la leche. Cuando tenga tiempo haré algún vídeo chulo de la máquina trabajando.

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Nuevo miembro de la familia

Por fin ha llegado la primera de mis nuevas máquinas. Se trata de una escuadradora-tupí, que reemplaza la mitad de mi antigua máquina. La antigua tenía cuatro funciones, de las cuales esta tiene dos, en unos días llega una cepilladora-regruesadora con las otras dos funciones.

No es cualquier escuadradora-tupí, es (para mí) la mejor que existe. Saltaros esta parte si no sois carpinteros y os vais a aburrir, pero tiene carro desplazable de 3200mm, bandera de 1500mm, eje de tupí intercambiable e inclinable, 1250mm de mesa a la derecha del disco, alimentador abatible con velocidad variable en continuo, capota superior de aspiración, todas las variaciones de altura y ángulo con reloj digital preciso a la décima de milímetro y un largo etcétera. Poco más se le puede pedir.

En cuanto al funcionamiento, sólo verla ayer mientras la desembalaba me daba pistas. Es una máquina que pesa como un muerto (esto se considera bueno en máquinas), robusta, bien hecha, todo muy preciso, sencillo de ajustar y a prueba de balas. Aun no la he usado apenas, pero la verdad es que es otro nivel de cualquier otra máquina (mía o de amigos) que haya probado hasta la fecha. El carro desplazable lo mueve un niño de lo suave que va.

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Encimeras, tapas mesa, tableros…

Esto es una cosa que hago bastante, pero de la cual no tengo demasiadas fotos, tengo que hacer más! El caso es que puedo fabricar tableros macizos de cualquier madera, o combinación de varias maderas. Se pueden usar como encimera, tapas de mesa, o hacer cualquier mueble a partir de estos tableros.

Hasta una medida máxima de 350x105x15cm se pueden hacer sin problema. Las opciones son todas las que nos podamos imaginar. En roble, nogal, wengué, cerezo, zebrano… También se pueden combinar varias de estas maderas, hacer diseños muy o muy poco geométricos combinándolas, meter alguna detalle de una madera contrastada a un tablero de una sola, etc.

En terminación también tenemos muchas opciones. Como suelen ser superficies que se usan bastante, que reciben líquidos, manchas y demás, lo más recomendable es darles un buen barniz. Aquí es importante desmontar un mito que me cuentan a menudo mis clientes. Barniz NO es sinónimo de brillo. Tenemos erróneamente en la cabeza que un mueble barnizado es un mueble brillante, y no tiene por qué. Hay multitud de barnices, desde los mate, hasta satinado y alto brillo. Hoy por ejemplo he entregado la encimera de roble de la primera foto (la cual casi me ha costado llevarme un dedo, por suerte quedó en susto y tres puntos), y le he dado una terminación mate de poro abierto. La madera queda totalmente protegida, pero con un aspecto natural y bonito, no “plasticoso” ni brillante.

En fin, que mientras que hago fotos y pongo en la web una sección dedicada a este tipo de trabajos que me gusta mucho hacer, que sepáis que me podéis pedir precio sin compromiso para cualquier tablero que queráis.

Y aquí podéis ver un tablero multi-madera que hice para mi ex-tienda:

 

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Vendo mi primera máquina

Como os he comentado en otros posts, voy a meter máquinas nuevas en la nave, así que vendo mi combinada, que es la primera máquina como Dios manda que tuve, y que está muy maja. Tiene cuatro operaciones (sierra escuadradora, tupí, cepillo y regrueso), y todos los extras, como alimentador abatible para la tupí, sistema de desplazamiento con ruedas muy cómodo, y regulación a la décima de milímetro de la altura de tupí y regrueso. Me ha dado muy buen resultado y me da penita separarme de ella, pero hay que hacer espacio en la nave. Un detalle importante es que es monofásica, lo que quiere decir que en cualquier enchufe normal de la casa o garaje la podéis enchufar.

He mirado en la página de Hammer, y el precio de esta máquina nueva con sus extras es de 12.000€. La vendo en 6500€, y además al que la compre, me tiro un día enseñándole a usarla!

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