Las patas tradicionalmente tienen la parte horizontal arriba, y sobre ella apoya el tablero. Aquí les di la vuelta, con la parte horizontal al suelo, y el tablero de cristal apoyado sobre las partes verticales. Hice la parte vertical unos centímetros más larga, y luego la corté, marcando de dónde corté cada trozo para que la veta siguiera debajo y encima del cristal, dando la sensación de que la pata sigue a través del cristal.
Colocar la parte de arriba en su sitio y justo encima iba a ser un poco lata, así que le metí unos imanes que coinciden en las dos partes, y con que acerques la parte de arriba a su sitio, se va sola a donde encaja perfecta.
Las uniones de abajo, a inglete, están reforzadas con una cola de milano de arce, que cumple principalmente una función decorativa, pero también imposibilita que se abra la pata. Aunque hay muchísima superficie encolada, tampoco se iba a abrir en la vida. Precio en la web.