Acabo de volver de visitar la fábrica de SCM, que es uno de los más importantes fabricantes del mundo de maquinaria para la madera, si no el más importante. Estoy interesado en varias máquinas, y ante mis preguntas y deseo de ver las máquinas en marcha, el técnico comercial me propuso visitar la fábrica para ver demostraciones, preguntar dudas, y hacerme idea de la envergadura de la empresa.
Tras pensármelo durante un par de milésimas, acepté, y para allá que nos fuimos. La fábrica está en Rimini, una pequeña ciudad costera turística, que tiene en las aceras mi logo… ¿Una señal?
El día de la llegada ya era un poco tarde, así que nos fuimos el técnico comercial, el comercial de la distribuidora y el director comercial para España de SCM a cenar, estupendamente, a base de pescado, pasta, y vino frizzante.
Al día siguiente a la fábrica a primera hora. La fábrica no es exacto, porque en el entorno de Rimini tienen varios edificios. Si recuerdo correctamente: dos fundiciones, un showroom-montaje y dos fábricas adicionales. La primera visita era al showroom y naves de montaje de máquinas.
Para calentar motores, una visita a toda la zona de montaje de las máquinas. Tremendo. Ríete de Discovery Channel, fue como estar en primera persona en un programa de “mega factorías”. Cientos de personas trabajando, decenas de zonas, todo coordinado, informatizado y documentado. No pude hacer fotos de esta zona, que entra en juego el espionaje industrial, pero pasillos y pasillos entre naves y naves, de máquinas en varias fases de montaje, hasta las que estaban embaladas y listas para ir a su destino final. Empecé a darme cuenta del tamaño de esta empresa, que no es cualquier cosa, y de las pedazo de máquinas que fabrican.
Ya tocaba demostración de la máquina más importante que estoy mirando; un control numérico de cinco ejes. Por no entrar en detalles aburridos: la máquina de mis sueños. Aquí podéis ver una muestra que hicimos, haciendo cortes en ángulo con el quinto eje, fresado circular en ángulo, grabados sobre superficies antes fresadas… De fondo la pequeña máquina en cuestión.
Batería de preguntas, y a la fábrica de convencionales, máquinas mucho más sencillas, pero que a mí me encantan por el tipo de trabajo más de contacto directo con la madera para una primera transformación.
Llegados a este punto, tenía claro que aunque para mí esto es una inversión de importancia e importe vertiginoso, para las máquinas que mueven y los importes de pedido habituales, para SCM esto era “pequeño”. Sin embargo, no por ello me prestaron menos atención. Claro que me habían soltado los discursos típicos de que el cliente era lo primero, pero empecé a ver que era algo más que palabras. La persona que me acompañaba para mostrar la fábrica de convencionales y responder a mis dudas, era el director de producto, que sin duda tendría cosas más importantes que hacer, que enseñar la fábrica a un pimpollo que posiblemente comprara un par de pequeñas máquinas. Pero el hombre ahí estaba a pie de cañón, hablando conmigo, quedándose más allá de su hora de salida, y perdiendo mucho tiempo en comentarme detalles técnicos que notó que me interesaban profundamente.
Yo soy un pesadito y para comprar algo así miro mucho todos los detalles, pero me contestaron a todo, implicaron a quien hiciera falta para averiguar detalles triviales que pregunté, traté con algunos peces gordos de la empresa, que me atendieron como si les fuera a comprar una línea de fabricación de dos millones de euros.
Esto en cuanto al trato. Las máquinas y la fabricación me dejaron impresionado también. Ignorante de mí, tenía a esta empresa por algo italiano, muy bonito y gracioso pero no la vanguardia y detalle de una marca germana. Error. Estos hombres tienen un equipo gigante detrás, estudiando las máquinas, conocen muy bien su producto y la competencia, y el mimo a los detalles es absoluto. Noté una obsesión muy bienvenida por ofrecer un producto de calidad suprema, precisión y durabilidad. Máquinas con una bancada descomunal y pesadísima, mucha experiencia aplicada, y un orgullo muy justificado sobre la calidad de su producto y su manera de hacer las cosas.
Tras esta fascinante visita, y considerando cada vez más comprar todas las máquinas a estos y quitarme de líos, una segunda cena oprobiosa, y entre cervezas una oferta económica interesante… Ninguna presión, ahí está la oferta, la buena impresión de la empresa, las máquinas y el personal, y la promesa de visitarme en mi nave en unos días para solucionar dudas. Ya os contaré al final qué meto en mi nave, pero esto va camino de convertirse en un señor taller muy preparado!
Asiduo admirador suyo, he de decirle que como carpintero he trabajado con maquinas SCM en un antiguo taller de construcciones en madera y son IMPRESIONANTES, tanto en comodidad como fiabilidad.
Los dientes lasrgos tengo de esa visita que nos has contado.
Ahora la duda es… sí ya te visitarón los comerciales a tu taller y que por que juguetes te inclinas.
Yo estoy mirandome calibradora y escuadradora, quizas de Hammer o Pauloni… SCM aun no lo ví detenidamente.
Un saludo y ya nos contaras.
Muchas gracias por comentar. Pronto fotos de mis máquinas nuevas, no quiero estropear la sorpresa! Si quieres comentar tema de escuadradoras y calibradoras, mándame un mail, que yo lo tengo muy muy trillado por mis últimas investigaciones/compras, y te puedo dar datos!
Saludos.