A veces ocurre que un cliente me dice que le gusta algo que hice y ya vendí. Si les gusta más que cualquier cosa que aun esté sin vender, toca repetir la pieza vendida. Repetirla calcada no, porque me parecería que perdería toda la gracia, y porque no podría aunque quisiera. Los cuencos son torneados a mano, según me va pareciendo le doy la forma, y en las tablas algo parecido, nunca me apunto medidas y cotas de las cosas que he hecho.
En este caso, la cliente quería un cuenco de zebrano y koto, que se había llevado su amiga. Anoche lo repetí, variando un poco la forma, y haciéndolo más grueso. La verdad es que me gusta más este que el primero… Está hecho con zebrano, con un aro de koto pegado en la base y encima del zebrano.