Hace unos días una señora me trajo un cerdito que le había hecho su hijo cuando era pequeño, y que usaba para servir embutido. Estaba hecho con una resina extraña, y tenía un aspecto bastante desmejorado. La tarea era replicarlo en madera, uno en el mismo tamaño, y uno más grande con un hueco para meter pan o picos. El pequeño lo hice en ipé, y el grande con mansonia, que es una madera muy bonita también conocida como nogal africano.
Aquí podéis ver a papicerdo y el cerdo alevín.