Hoy he hecho algunas tablas enormes. Hay gente que quiere tener plantada en la encimera una tabla descomunal, que pese una tonelada y que pase de padres a hijos. Estas son así. Tienen 5 centímetros de espesor y con una mano no eres capaz de levantarla. Están hechas en fresno macizo, unido con lambetas dobles de madera de danta. En general se procura hacer coincidir las vetas de la madera para que aunque sea alistonado parezca una sóla pieza. A mí a veces me gusta salirme de esa regla general y poner las vetas lo más dispares posible, y que se noten claramente las distintas piezas. Es lo que he hecho en estas tablas. He hecho tres, dos sin patas y una con patas de goma para mantenerla separada de la encimera y posibles humedades. No pongo a menudo las patas, porque me da pena que se pierda uno de los lados de la tabla, pero hay que reconocer que son útiles.