Espero nunca llegar al punto en el que me traen una máquina y no me haga la ilusión que me hace mi nueva calibradora, porque estoy como un niño! Es una herramienta de trabajo, pero como mi trabajo me encanta, este oprobio de máquina me hace mucha ilusión.
¿Y qué gracia tiene este mamotreto? Esta máquina está en otra liga, pulveriza las limitaciones de trabajo que tenía hasta ahora, tengo en mente un montón de ideas y diseños que antes eran impensables. Además me permite trabajar más deprisa, y con mayor calidad de acabado. Antes si alguien me pedía una tabla de cortar de 50×40, le decía que sí, por supuesto, pero me costaba un triunfo… Ahora, ríete tú de 50×40, puedo hacer una tabla de 120×90 si quiero. Ahora, si alguien quiere una mesa para su salón, de 200×80, de nogal macizo, la hago sin ningún problema.
Siempre que voy en el coche, o estoy en la ducha o haciendo cualquier actividad rutinaria, estoy pensando en diseños de madera, cosas nuevas y curiosas. Hasta ahora, un alto porcentaje de esos diseños eran irrealizables, por las limitaciones de mi maquinaria. Ahora, limitaciones, ¿qué limitaciones?
¡¡¡Enhorabuena!!! qué feliz se te ve, jajaja, el otro vía vi esta foto y me acordé de ti http://www.puromarketing.com/img/noticias/img/20110509040421.jpg
Graciaaas! jajaja, sí, algo así me pasa a mí con la madera
Esa maderita que casi acaba con tus amortiguadores…. me suena…!!! jajaja
Por cierto felicidades por tu pequeña calibradora… por el abrazo que le pegas se nota que la aprecias mucho… jajaja. Cómo seas para todo así…
Pero si a vosotros sólo os compré 4 palos, que me cobráis caro y encima dos veces!!
Gracias, Salvatore y yo somos muy felices